Petróleo mata a la inflación; revive PBI
Durante los últimos 15 años los países en desarrollo comenzaron un proceso de rápido crecimiento económico que alteró significativamente el tablero energético mundial. La demanda global de energía comenzó a ser impulsada por los emergentes que ya en 2008 superaron en su conjunto a la demanda de las economías de la OCDE siendo China el símbolo de este rápido ascenso. La demanda china de energía superó a la Unión Europea en 2007, a Estados Unidos en 2010 y a la totalidad de Norteamérica en 2013. La lenta reacción de la oferta frente a tan tremenda presión de demanda hizo que los precios del petróleo se dispararan aún a pesar de la crisis financiera global desatada en 2008. Así el precio del barril tuvo un ascenso vertiginoso que lo llevó prácticamente a triplicar su valor en la última década haciéndolo superar la barrera psicológica de los 100 dólares. La International Energy Agency ya puntualizaba en su WorldEnergy Outlook 2013 que los precios se habían mantenido alarmantemente altos por sobre los 110 dólares promedio por barril desde 2011. Sin embargo, precios altos y nuevas tecnologías abrieron las puertas a diferentes fuentes de petróleo y gas que anteriormente fueron consideradas no rentables o fuera de las posibilidades de producción a escala. De esta manera, la dinámica del mercado global de petróleo fue dramáticamente alterada por el boom de la tecnología de fracking que potenció la producción norteamericana que aumentó un 70% en el período 2010 -2014 superando los 8,5 M de barriles por día. Este aumento fue acompañado por una mayor producción de los países no miembros de la OPEC que, sumada a la debilidad de la economía mundial, desencadenó una baja del precio del 40% desde los 115 dólares / barril Brent de junio pasado hasta los 70 dólares de fines de noviembre. Una proyección de estos valores con una demanda global de poco más de 90 M de barriles diarios resulta en un brutal ahorro anual de 1,5 trillón de dólares para los consumidores.